
Los responsables podrían enfrentar multas y hasta pena de cárcel, según dispone la Ley para el Manejo de los Desperdicios Biomédicos Regulados. Archivo
Por Teresita Heydrich Blanco
Especial Miprv.com
Como parte de la investigación sobre los constantes hallazgos de desperdicios biomédicos en el área costera de Añasco y Mayagüez, durante el día de ayer se realizó una vista ocular en el lugar, donde volvieron a encontrar más material.
La misma fue liderada por los representantes José Pérez Cordero y Maricarmen Más Rodríguez, autor y coautora de la Resolución 298, respectivamente. También, estuvo presente personal del Departamento de Salud, Departamento de Recursos Naturales e Instituto de Ciencias Forenses, entre otros.
“Esto es alarmante. El pasado mes de marzo, mientras participábamos con el grupo Tortugas Marinas del Oeste en una limpieza en la playa Boquilla en Mayagüez, encontramos estos desperdicios en el área. Rápidamente trabajé la resolución para investigar y dar con los responsables de esta práctica. En la inspección, encontramos más material en la zona”, dijo el representante en un comunicado de prensa.
El legislador manifestó que la evidencia recopilada fue entregada al Instituto de Ciencias Forenses para los análisis de rigor. Además, destacó que la Junta de Calidad Ambiental (JCA) está colaborando con la investigación, llevándose muestras de la sangre encontrada para compararla con los hallazgos anteriores.
“Los autores de esta práctica, han estado atentando por años contra la salud de bañistas y residentes del área, contra los animales que habitan en la zona y el anidaje de tinglares”, reiteró.
El legislador aseguró que, aunque por los pasados años se ha notificado de los constantes hallazgos de estos desperdicios por el área costera y nada ha pasado, “vamos a buscar los responsables para que respondan”.
Los responsables podrían enfrentar multas y hasta pena de cárcel, según dispone la Ley para el Manejo de los Desperdicios Biomédicos Regulados.
Entre los hallazgos que hicieron en la vista ocular figura que la sangre presente en las bolsas es fresca, y que a pesar de que pertenece a material biomédico animal, ello no la exime de ser perjudicial a la salud y afectar la fauna de una reserva natural protegida.
“La práctica de contaminar continúa, y aunque recogimos una cantidad pequeña, nos preocupa el material fresco presente en la desembocadura de un río”, puntualizó.
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