Por Lillian E. Agosto Maldonado
Especial para Miprv.com
Recoger a la niña Ruz I. Deliz Cruz al salir de la escuela era especial para todos.
Su abuelito la esperaba en el centro educativo y justo antes de llegar a su casa, la llevaba a ella y a sus hermanos, Luz y Juan, a la playa.
Esta acción, acompañada con agua de coco, un buen cuento o simplemente la brisa del mar, hicieron que naciera un enlace especial entre Ruz y el mar, al punto de convertirlo en su gran pasión ambiental.
“Me encanta el mar, adoro tener mis pies entre arena y agua salada, crea una conectividad que me relaja, me centra, me recarga. Mi interés por el ambiente lo llevo grabado en mí, creo es innato”, explica Deliz Cruz a Mi Puerto Rico Verde.
Fue durante su carrera universitaria cuando Ruz participó en diversas organizaciones estudiantiles relacionadas al medioambiente o a las disciplinas de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas conocidas como STEM, por sus siglas en inglés.
“Tuve la oportunidad de trabajar en proyectos de infraestructura de agua que me permitieron comprender mejor la realidad de quienes viven sin agua potable a diario o los problemas que existen por falta de alcantarillado sanitario o tratamiento adecuado”, añadió sobre su paso al campo profesional.
De igual forma, la sanjuanera se incorporó en el voluntariado con diversas organizaciones ambientales.
“Aprendí cómo te conviertes en agente de cambio, cómo ayudas a mejorar la vida en el mundo con tu granito de arena. Da una gran satisfacción transmitir lo que se sabe, pero más cuando se utiliza para mejorar la vida de las personas”.
Precisamente, teniendo como norte las iniciativas comunitarias, Ruz tuvo su primer contacto con su actual modo de vida como voluntaria de Scuba Dogs Society (SDS). Liderando los esfuerzos como capitana, trabajó investigando y obteniendo los índices de basura que lograban la creación de programas educativos y de concienciación ambiental. También con esta tarea dio paso a generar investigaciones científicas, propuestas federales y políticas públicas.
“En 2014 salió la convocatoria para el puesto de director ejecutivo, pensé ‘¡Qué mejor que unir mis conocimientos con la oportunidad de educar y cambiar paradigmas!’ En enero de 2015 comenzó mi nueva aventura profesional como directora ejecutiva de SDS”.
La educación es clave
Desde Scuba Dogs, tiene como misión crear una cultura de armonía con la naturaleza para educar e integrar al ser humano con su entorno social-ecológico. Para lograrlo, apoyan iniciativas como el Programa A Toda Costa y la Limpieza Internacional de Costas (ICC, por sus siglas en inglés) con sobre 10,000 voluntarios en Puerto Rico.
Ruz llegó a SDS luego de laborar en la empresa privada en el campo de la ingeniería ambiental. Su experiencia en esta fundación le ha hecho ver “cómo en Puerto Rico predomina un desconocimiento sobre la labor que realizan los ‘non profits’ u organizaciones sin fines de lucro, la imagen errónea que existe alrededor de estas. Nuestras organizaciones desarrollan soluciones integrales, logran cambios, contribuyen al desarrollo social, no dan limosnas”.
A 18 años de su inmersión total a favor del medioambiente, Ruz tiene como gran preocupación el manejo y disposición de los desperdicios sólidos.
“Tenemos una muy baja tasa de reciclaje, un 14% que debió ser de 35% en 2006. Nuestros hábitos de consumo deben evitar la generación de más basura. Hay un reloj corriendo, tic-tac, nos queda muy poco tiempo para actuar, es hora de cambiar el enfoque, el reciclaje necesita ser protagonista”. A Deliz Cruz también le preocupa el cambio climático, amenaza actual que puede percibirse en la erosión de las costas y el blanqueamiento en los arrecifes coralinos del Caribe.
Ante este panorama, Ruz no pierde la esperanza en las futuras generaciones a favor del ambiente. Su principal fuente de optimismo radica en las entidades que a través de sus acciones tocan el tema del ambiente de manera profunda en Puerto Rico. El esfuerzo que estas organizaciones realizan a través de la Internet y la utilización de la educación digital también se suman al plan de acción de las organizaciones que arroja luz a la situación.
“La percepción de la problemática ambiental ahora nos resulta más visible, esta era una de las mayores dificultades que enfrentábamos, no ver con claridad la cara del problema, perderlo de vista en nuestra cotidianidad. Se abren puertas, amplían visiones y nace una responsabilidad no solo local sino global hacia el medio ambiente”, puntualizó.
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