
JEN fue desarrollado para ahorrar y aumentar la carga de trabajo en cada granja. Foto vía greeniszen.wordpress.com/junte-exchange-network/
Por Teresita Heydrich Blanco
Especial Miprv.com
En Junte Exchange Network (JEN) creen firmemente que la unión para lograr una misión en común es vital. Se trata de un grupo de agricultores orgánicos que colaboran una vez por semana para establecer una comunidad más fuerte y apoyar el desarrollo de la agricultura sostenible.
Los agricultores del JEN comparten lo que pueden, lo que saben y lo que se les facilita aportar. Si unos no dominan unas áreas de siembra, colaboran en otras funciones, pero todos tienen algo en qué contribuir, para vivir de lo que siembran y lograr que generaciones cada más jóvenes de agricultores se interesen en la tierra, sin que la falta de conocimiento en el oficio, los amedrente de intentarlo.
En JEN se fusiona lo tradicional con lo moderno, ya que la agricultura también ha experimentado, mediante la incorporación de la tecnología, grandes cambios en los últimos tiempos. De esta forma no solo se juntan los miembros de un colectivo, también se establecen puentes de aprendizaje y conocimiento entre generaciones.
Abner Santiago González fue el pionero y creador del proyecto junto a su compañero Pedro Morales.
“Éramos agricultores en Ponce, de una finca en el Barrio Real Anón. Ya sabíamos de colectivos que se ayudaban mediante brigadas una vez al mes, pero eran tantos los miembros que no sabíamos cuándo nos tocaría a nosotros la ayuda. Por eso, pensamos que lo mejor sería hacer un grupo que pudiéramos darnos apoyo semanalmente”, sostuvo.
“Se unió nuestro compañero Juan Miguel Nieves Núñez, de la finca Arroyata de Cidra. Llegamos a un máximo de siete, trabajamos de tres a cuatro meses corridos, hasta que uno de los grupos tenía otras necesidades, sus fincas no eran comerciales y escogimos el día jueves para trabajarlo a tiempo completo”, agregó.
De esa forma, surgieron dos colectivos, JEN y el Junte del Conuco. El segundo grupo fue creado basado en las necesidades específicas de los agricultores. De esta forma se trabajan los cultivos comerciales y los de consumo propio.
JEN cuenta con seis participantes, que permiten un ritmo más ágil y fluido de trabajo. Intercambian semillas, alimentos, técnicas agrícolas, historias, música, gestión de eficiencia de tiempo, y todo lo que se pueda compartir, y, ante todo, educación.
Cada grupo contiene un máximo de siete miembros que puedan lograr el compromiso de juntarse todos los jueves, semanalmente. La mayoría son de la zona sur, aunque Juan Miguel, uno de los pioneros, continúa haciendo el viaje desde Cidra.
“Hemos tenido suerte, hemos tenido personas que no tienen compromisos de familia, a las personas con necesidades familiares, las que tienen hijos, se les hace más difícil”, expresó.
Tal es el caso del colectivo Grupo Maví, que obligados por compromisos que van más allá del oficio, se reúnen una vez al mes. Lo cierto es que la colaboración se está dando entre varios colectivos agrícolas, no importa la frecuencia.
Por experiencia propia, tras años de trabajo agrícola, Santiago González puede dar fe de que el trabajo en una finca es arduo y que nunca se acaba, por lo que la ayuda es recibida con bienaventuranza.
“La agricultura ecológica se basa en trabajar y vivir con la tierra, para poder subsistir de la tierra. La mano de obra se hace cara, si empleo, no podría subsistir, y esta colaboración ha permitido que me desarrolle, que aumente mi producción, que venda en otros mercados sin necesidad de emplear y con la colaboración de otros compañeros agricultores. Ya vendo en Ponce, pero también puedo llevar mis productos al Mercado de la Placita de la Roosevelt, extenderlos al área metropolitana”, dijo.
Santiago González acude a su finca por un espacio que no supera las cuatro horas debido a las intensas temperaturas. No obstante, con el apoyo del resto de miembros del colectivo, el trabajo se rota y de esa forma han logrado ampliar horas hasta extenderlas a casi una semana de trabajo.
Este aumento en tiempo dedicado al oficio, ha permitido, lógicamente, un mejor desarrollo agrícola. La organización también ha sido clave. No trabajan de forma improvisada. Antes de que llegue cada jueves ya tienen establecido su propio plan.
Mientras exista el deseo genuino de ayudarse, continuarán unidos. Siendo testigos de los avances, y sabiendo que cada uno aporta al colectivo, es muy posible que JEN tenga una larga y abundante vida, traducida en buena cosecha de productos orgánicos locales.
Visita la página de JEN: https://greeniszen.wordpress.com/junte-exchange-network/
Deja un comentario